Definamos primero ¿Qué es un cliente moroso o deudor? Es aquella persona o empresa que está obligada a satisfacer
una deuda, es importante resaltar que
el deudor decidió libremente comprometerse al pago de dicha obligación.
Debemos tener en cuenta que la deuda no tiene por qué ser exclusivamente
de dinero, puede ser la entrega de una cosa o la prestación de un servicio.
No todos los deudores son iguales es por eso que lo
primero que se debe hacer es recopilar información de cada caso, así se puede
identificar más rápido con qué tipo de cliente
moroso se está tratando. Para clasificar a un cliente moroso y colocarlo dentro de una categoría, es necesario realizar
un análisis incluyendo las siguientes preguntas:
1- ¿El deudor tiene la voluntad de pagar?
2- ¿Está en condiciones de pagar?
3- ¿Sabe que debe de pagar?
4. ¿Tiene una razón válida para no realizar el pago y
mantener la morosidad?
A continuación se enlistan los 5 tipos de clientes morosos a
los que te puedes enfrentar:
1. Morosos
fortuitos. Quieren pero no pueden.
Son aquellos que no pueden pagar sus deudas en las
fechas establecidas porque no tienen liquidez ni otro medio de pago. A este
tipo de clientes se les puede alargar los plazos límite, ya que es seguro que
van a cumplir con su obligación si se les concede tiempo y facilidades de pago.
2. Morosos
intencionales. Pueden pero no quieren.
Son los deudores que pueden pagar la deuda, pero que
no quieren hacerlo. Aprovechándose de la buena disposición de sus acreedores
para retrasar el pago. Algunos de ellos terminan pagando después de un periodo
largo, mientras que otros nunca pagan.
3. Morosos negligentes.
Pueden pero no les interesa hacerlo.
Son aquellos clientes morosos que no muestran
ninguna intención de ni siquiera de saber cuánto deben. Utilizan su liquidez
para otros gastos en lugar de saldar sus deudas.
4. Morosos
circunstanciales. Pueden y lo harán una vez que resuelvan su conflicto.
Son los clientes que bloquean voluntariamente el
pago al producirse un error o falla en los productos o servicios adquiridos.
Sin embargo estos clientes morosos pagan una vez que se soluciona el
inconveniente.
5. Morosos
despreocupados. Quieren y pueden pero no saben cuándo deben hacerlo.
Son los clientes que ni saben que tienen un saldo
pendiente. Estos morosos tienen voluntad de pagar, pero como son desorganizados,
olvidan sus obligaciones financieras.
La clave de una gestión
de cobranza efectiva es la rapidez con la que se actúa. Es por eso que
siempre hay que tener en cuenta la implementación de una estrategia de cobranza preventiva, enviar un recordatorio a los clientes
unos días antes de la fecha límite ayudará a anticipar cualquier inconveniente
o posible demora en el pago.
Resulta una excelente idea recurrir a empresas de cobranza especializadas en la gestión de cobranzas como LEGAL SOLUTIONS1 las cuales son altamente
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extrajudicial y judicial.